jueves, 4 de enero de 2018

Nubes mesosféricas o noctulicentes.

¿Qué son las nubes noctulicentes de hielo?


Una de las manifestaciones celestes o meteorológicas más bonitas y limitadas a las regiones polares son las nubes mesosféricas (porque se forman entre 70 y 100 km de altura, en la mesosfera terrestre) o noctulicentes, llamadas así porque se ven de noche o al anochecer,  iluminadas por el sol, en un color azul precioso y casi mágico.

Para entendernos, las nubes noctulicentes son nubes que brillan, generalmente en un color azul eléctrico. Su composición es básicamente de cristales de hielo y partículas espaciales.


¿Pero, cómo se forman las nubes mesoféricas?

Las nubes mesosféricas van en aumento y son cada vez más grandes ( de hecho no hay registros de las mismas antes del siglo XX) y ello ha llevado a varias teorías sobre su composición y formación. 

LA ACTIVIDAD HUMANA

1. Las nubes NLC son resultado de partículas en suspensión de los gases de escape de los miles de cohetes que estamos lanzando al espacio.

2. El cambio climático contribuye al aumento de todo tipo de gases que pueden subir hasta la mesosfera y estabilizarse allí para formar estas nubes raras y bonitas.  De hecho, si son el reflejo de una acumulación reciente (menos de 200 años) de partículas en forma de cristales de hielo en las capas altas de la atmósfera terrestre, nos están indicando un fenómeno de cambios que precisa ser estudiado para comprender qué está pasando en esos niveles y cómo afecta a nuestro clima. 

ACTIVIDAD EXTRATERRESTRE

3. Se sabe que las nubes NLC situadas a 83 km de altura contienen restos de meteoritos en forma de cristales de hielo. Aunque el porcentaje es inferior al 5%, sin duda estas nubes tienen algo de extra-terrestres.



Recientemente el satélite AIM ha estado observando un fenomenal grupo de estas nubes encima de la Antártida, dejándonos esta sublime animación de fotografías: 


Cabe destacar que las nubes mesosféricas solamente se forman en determinadas condiciones de temperatura (mucho frío) y humedad de las capas bajas que logra ascender a la altura necesaria, entre 70 y 100 km.  Se espera que con satélites como el AIM, en unos años comprenderemos mejor este fenómeno atmosférico y sus implicaciones en el clima terrestre